Tengo una casa vacía de relojes
y una penumbra apuntalando el sol.
Tengo mis pies en tus palmas,
esas cuando ríen
cuando de perder no tenemos
ni orgullo.
Tengo mi casa plagada de calendarios
como si recolectara de la vida espacios idos.
Tengo una casa tan llena de campanas.
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*galileo dibujaba nubes de cal
cuando las lluvias
eran sus campanas de primavera.
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*Si a la papa la encontráramos entre ramas de manzano,
el oro andaría estibado en los rincones
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*Pandemia.
Ahora tengo que tener sumo cuidado del dengue,
de la gripe del chancho
y de los políticos.
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trabajo para comer o viceversa
“Si somos tierra que anda”
-dice el Armando-
Por qué existen dueños de pellejos,
Arrugas, sudores y sueños?
Las cosas tienen que cambiar
pero no cambian.
Ni risa franca.
Ni muerte justa.
Tanto latifundio
tanta latín miseria.
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Me quedo con los pájaros.
Cambian y recambian
risa en sus plumas de una en una
para tanto aire liberado alto
y para la tierra que anda…
y siguen con su canto.
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Si no existieran abogados
Curas
Ególatras
Cagatintas
Y cagones
Sólo habitarían pájaros
con toda la anarquía de su canto.
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Hay poemas que suenan lindo y obligado a decirlo
Queman la ropa
Un fósforo
Y hasta un cartón agoniza
Cuando en el silencio
Se transcriben
Con el viento y la luna clara
Consecuente de la boca anochece
una apta mentira
Bajo la luz
Bajo la luz del sol que camino
Quedaron solo enviados idos de la mentira
Hay abrazos claros circulares
Y con candor que de alma contenta
La savia de cada palabra
Pero hoy anochece con sudor el viento
Y mi sueño obeso de reino humilde
previo la prosa roja de.
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Ella ama
hasta las torpezas de él
Él ama todito de ella
Hasta su ternura.
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Un destierro
nublará mi boca
Y la utopía
Entrará en saco roto.
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No sé
Si por salvar arboladura
y vagar bajo fronda
Defiendo a mantel,
vino y luna
Espada y cruz
Sucede que uno hace deseos gota a gota
Lágrima o sangre en el respiro
de reposar dentro de un vientre
Con un poema entreboca
Despertar con la rosa del alma
Esa que de pronto es fuego o mar
Tempestad
o tan sólo memoria vaga.
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Hoy no me ducho
Ya que en la cena arme y aromé
palabras frescas
Juro en el postre
Someto al cansancio en plegarias.
No por holgazán
Iré con sudor quedo a mi cama.
Pues a veces esa lluvia rasa y rara
Desde el cielo raso
Pretenden lavar ese aroma a tanta madre
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No es malo
Recordar plegaria alguna
Lo malo es recobrar
en las rodillas diarias
Esas plegarias.
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Hay ojos
que tienen ojos
en una piedra filosofal.
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A veces la soledad es como una bandada de espejos
Una nube que adelanta impuestos
Sufragio de paloma laurel
o algún cuento de hadas
También suele ser
Como un ángel que dispara certero
en la cien de lo oscuro
A veces la soledad es la cintura de un sueño
O una lluvia harta de ser lluvia
Entonces uno recuerda esos amigos
en la era que eran
Incondicionales y sólo advierte que en las manos
Prevalece una ensalada seca
Resquebrajada.
Insípida
Con un poema en la oda de la mortaja.
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no me pida nadie
más mi sangre
la he dado toda
un domingo de tarde.
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la felicidad es
cuando el alimento va dejando la boca
o cuando el memorial queda en bancarrota
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necesito leer un poema
pero mis manos sangran.
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la artrosis es una costumbre vaga
del acostumbrado dolor entre huesos y memoria.
la herida en el alma no tiene calmante rápido
ni preventivo analgésico
muchas veces la palabra y un abrazo
es la alquimia que satura.
pintaba cada otoño de primavera
y a los inviernos los vestía de gatos.
